miércoles, agosto 19, 2009

Un Hombre de Verdad reflexionando ...

Buena noche/día/tarde según sea el caso pequeñas creaturas del bosque. Soy el Dr. Zinzun y como seguramente lo recordarán, hoy me toca postear en este sacrosanto blog. Debo aclarar que un hombre de verdad como yo tiene N + M actividades que realizar todos los días (con N y M en los reales), y es por ello que hace bastante tiempo que no escribía algo aquí.

Bien, en ésta ocasión les presentaré dos situaciones que quizás Usted ya haya escuchado ó leído previamente en otra parte, ambas historias tiene que ver con monos, y lo más importante de dichas situaciones, es que reflexionemos el porque hacemos las cosas que hacemos.

La primera historia trata sobre un señor que vendía sombreros en un pueblo, y en su larga caminata decidió hacer una pausa y descansar a la sombra de un árbol frondoso, pero el señor sin querer se quedó dormido. Pasaron las horas y el señor despertó, pero cuando lo hizo vio que ninguno de sus sombreros estaba ahí, sólo el sombrero que el mismo estaba usando, al empezar a buscar los demás sombreros, volteó hacia el árbol y vio que un grupo de monos se habían apoderado de ellos. Entonces, el señor empezó a hacerles señales con las manos a los monos para que se los devolvieran, pero sus esfuerzos eran inútiles. Entonces, ya enojado y seguramente frustrado, el señor tomó su sombrero y lo aventó al piso como muestra de un gran enojo. Al haber hecho eso, increíblemente los monos copiaron su gesto, y ellos también aventaron al piso los sombreros que tenían. Aquél señor no lo podía creer, había logrado recuperar todos sus sombreros, los recogió y se marchó del lugar. Pasaron varias décadas, y un día, un joven sufrió una situación similar, curiosamente, éste joven era el nieto del señor que conté arriba; él también se quedó dormido, y cuando despertó vio que un grupo de monos habían hurtado sus sombreros, y como era de esperarse, se enojó. De repente recordó la historia que su abuelo le había contado, y sin dudar tomó su propio sombrero y lo tiró al piso, y en seguida, uno de los monos bajó apresuradamente del árbol, tomó el sombrero que estaba en el piso y rápidamente volvió a trepar al árbol. El joven sorprendido por lo ocurrido se quedó mirando perplejo a los monos, y en eso, uno de los monitos le gritó: “¿Acaso crees que eres el único que tiene abuelo?”.

La segunda historia que les contaré, me parece mucho más entretenida e interesante, y a la vez, intrigante: se supone que tenemos 6 monos dentro de una jaula, y en el techo de la jaula ponemos un racimo de bananas, de tal forma que son inalcanzables para los monos. Después, colocamos una escalera dentro de la jaula justamente debajo de las bananas, de tal forma que cuando la escalera es tocada, se rocía con agua helada a los demás monos que están abajo. Así, que como era de esperarse, un intrépido monito quiere saborear las bananas y decide subir por las escaleras, y entonces, los demás monos son rociados con agua helada, y lo intenta varias veces, así que los demás monitos son bañados con agua helada varias veces. Pero como los monitos son inteligentes, no tardan mucho en relacionar que cada baño de agua helada se desencadena cuando el otro mono toca las escaleras, así que cuando ven que el mono va a intentar nuevamente subir las escaleras, los monitos deciden detener al intrépido mono de una forma “sutil” (Al decir sutil, me refiero a madrazos). Así, todos los monos entienden que no deben subir las escaleras pues eso no sólo implica agua helada para los demás, si no, también una madriza segura. Dejamos pasar el tiempo y todo se vuelve estable, ya nadie intenta subir las escaleras para alcanzar las bananas. Así que en un acto de travesura, sacamos un mono y lo reemplazamos por uno nuevo. El nuevo monito ve las bananas colgando del techo y las escaleras, así que se dirige a las escaleras, pero no puede ni poner su peluda mano en ellas, ya que antes recibe unos cuantos golpes por parte de los demás monos. Seguramente, el nuevo mono no entiende las razones de los golpes que sufrió, pero después de intentarlo algunas veces más, logra entender que tocar las escaleras implica una golpiza. Entonces, volvemos a quitar uno de los monos originales, y lo reemplazamos con otro mono que nunca había estado adentro de la jaula. El proceso se repite. El nuevo mono se dirige a la escalera, y todos, incluyendo al mono que había entrado justo antes -aquél que nunca había sido rociado con agua helada-, se lanzan contra él y lo golpean hasta hacerlo desistir. Ahora bien, ingresamos un tercer mono nuevo. Entre los demás existen dos monos que no saben por qué se debe golpear a quien toque la escalera, pero lo hacen imitando a la sociedad. El tercer mono aprende las reglas (a base de golpes, obviamente). Así se reemplazan al cuarto, al quinto, y por último al sexto de ellos. Todos pasan por la misma historia.
Así, resulta que dentro de la sociedad de esos monos, es un delito tocar la escalera, y quien lo haga deberá recibir la furia de la comunidad entera por medio de una golpiza. Lo curioso de esto, es que ninguno de los monos tiene idea de por qué es contra las reglas usar las escaleras para conseguir una rica banana, pero aún así conservan tan bonita tradición.

Después de leer ambas historias, le pregunto a Usted: ¿porque Usted hace lo que hace?¿Porque la gente se casa?¿porque la gente va a la iglesia?¿Porque la gente odia a los emos?¿Porque la gente se enamora?¿Porque la gente tiene hijos?¿Porque la gente usa ropa de vestir elegante?

La única respuesta que encuentro es que la gente hace algo, porque otra gente lo hizo previamente, no importa que no sepamos el porque lo hacemos, lo que cuenta es que si si los demás lo hacen, lo hacemos porque quizás sea lo correcto.

Came mencionar que ambas historias viene incluídas en un libro excelente, no es un libro para expertos, pero si para ponerse a reflexionar varias cosas, magnífico libro tiene por nombre "Matemática ... ¿Estás ahí?", y el autor es Adrián Paenza, y de verdad, si puede leerlo, leálo, no se arrepentirá.

Bueno, pequeñas creaturas del bosque, un hombre de verdad como lo soy yo, debe seguir salvando al mundo de desgracias, hecatombes, guerras, y principalmente, debo seguir rescatando al mundo de su peor enemigo: la ignorancia. (Eso va para "El Macho Alfa", quien no tiene "tiempo de leer" ) Así, es que me largó.

P.D. Odio sus malditas vidas felices, los odio a todos ustedes!!!

4 comentarios:

  1. Un Macho Alfa tiene diversas obligaciones, Acaso Goku leia? Noooo el tenia que salvar a la tierra!!! Es lo mismo conmigo.

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  2. esa historia de los monos en un jaula me recordo a una historia muy conmoedora y contada con gran elocuenia por un buen amigo la cual comparaba a unos cuantos crusaceos extranjeros con unos crustaceos nacionales xD.

    las matematicas son otro show

    pd: yo tambien te kiero

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  3. Hasta Goku lee, que no has visto Dr. Goku? no solo se necesita Ki para salvar el mundo

    xD la última historia también me recordo las langostas que no apoyan a méxico

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  4. Desde que se hizo medico ya no salva al mundo ese Dr. Goku, creo que no le has puesto mucha atencion.

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